sábado, 27 de mayo de 2017

Grande Interpretes

Dentro de nuestro país existen grandes representantes de este ritmo musical.

Papa Roncón:
Guillermo Ayoví Erazo Nacido en Esmeraldas, Ecuador, el 10 de noviembre de 1930. Aprendió a tocar la marimba a una edad temprana. Reconocido intérprete a nivel nacional e internacional, con giras en los Estados Unidos, Venezuela, Colombia y Japón. Recibe el Premio Eugenio Espejo por su contribución a la cultura ecuatoriana a través de la práctica y la enseñanza de la marimba y bailes tradicionales en el año 2001. 
Fundador de la escuela de la cultura tradicional 'La Catanga', a través del cual él ha enseñado a decenas de niños y jóvenes para que toquen marimba y bailen en la provincia de Esmeraldas.


SU MÚSICA: 





Santiago Mosquera Casierra


Director del grupo Jolgorio Internacional. Él tiene 45 años en esta actividad y destaca que al ser de raíces africanas y de ancestros colombianos, el ritmo lo lleva en la sangre. Por ello se destacan y gustan mucho de la marimba y la salsa. Añade que en el medio hay artistas como Petita Palma y Papá Roncón, que han logrado reconocimientos a nivel nacional e internacional. 




Grupo de Tierra Caliente, Petita Palma:

Petita Palma es una de las más conocidas propulsoras de la marimba y la música esmeraldeñas. Su grupo Tierra Caliente ha tocado en varias ciudades de América, incluyendo Nueva York y Boston, donde viajaron invitados por la Universidad de Harvard. Petita nació en Carondelet, pequeño caserío al norte de la provincia.
Para esta mujer de 78 años, la marimba es un símbolo que forma parte de la cotidianidad de Esmeraldas, a tal punto que desde 1945 se enseña a tocar a niños y a jóvenes, para preservar esta parte importante del folclor esmeraldeño.
Según historiadores locales, la marimba tuvo su renacimiento en 1960. En los años 40 fue prohibida por considerársele un baile de bárbaros. Finalmente, el despunte cultural y de expresividad llega a principios de los 90.
Su primer grupo artístico lo formó en 1946. Cuenta que los sábados tocaban en Las Palmas con sus hijos, y su grupo deleitaba a los turistas. No había carretera y muchas veces fueron a pie hasta Súa. Su objetivo: que la gente conozca la música, cantos, danza y poesía afro esmeraldeña.
“Mi mayor orgullo es mi negritud. Vivo orgullosa defendiendo mi raza y mi color. A mis hijos los voy preparando con ese mismo orgullo”. Petita Palma.


Jimmy Simisterra:

Simisterra recuerda que cuando era un muchacho de 15 años, en Rosendo Avilés y García Goyena funcionaba el Taller de Arte Popular Raíces, dirigido por el fallecido actor y titiritero Guillermo Álvarez, donde se practicaba teatro, títeres, música folclórica y marimba. Él llegó buscando a un amor y encontró arte. Un vecino le dijo que en el grupo de marimba bailaba una muchacha que había sido su enamorada. No era ella. Pero la música afro que bailaban lo embrujó. “Esa música me hizo vibrar las venas, la sangre me fluía más rápido”, recuerda.
Ese mismo día pidió ser parte del grupo de marimba La Catanga. Norma Rodríguez, la directora, lo aceptó. Eso fue hace 33 años. Desde entonces el arte y la marimba son parte de su vida. Cuando Norma Rodríguez viajó a Italia, Simisterra, quien se había dedicado a investigar sobre la cultura afro y la marimba –historia, coreografías, instrumentos–, fue nombrado director de La Catanga, así hasta 1991 cuando incursionó en la actuación –con Hugo Avilés; en La Mueca, de Oswaldo Segura–, también en el grupo de danza folclórica Costumbres de mi Tierra y cantando en peñas.



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